Ayer, en un día histórico para la democracia argentina, se dictó la sentencia de la primera parte de la mega causa ESMA
Los tribunales de Comodoro Py, esta vez, lograron vestirse con la adecuada indumentaria para la ocasión, que era nada menos que juzgar a 18 represores por su participación activa en varios delitos durante la sangrienta y nefasta década del 70. Entre los célebres invitados a la gala, se encontraban Jorge Acosta y Alfredo Astiz. Tras leer el alegato (el inicio se demoró más de 2 hs) uno a uno fuimos confirmando las penas, 12 de reclusión perpetua, 4 de entre 20 y 30 años de prisión y 2 absueltos (que seguirán en prisión por ser imputados en otras causas) por apropiación ilegítima, detención ilegítima (agravado por ser perseguidos políticos), torturas ultrajantes y homicidios a más de 85 personas, entre las cuales se encontraban el escritor Rodolfo Walsh, las monjas francesas Alice Domon y Leoni Duquet y las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo; Azucena Villaflor, Esther Ballertrino y María Ponce. Un estallido de justicia en forma de grito se escuchó en la puerta de los tribunales y en el recinto, un grito de satisfacción y reparación, para reivindicar la lucha incansable, el nunca más y que esto es tan sólo el principio. Después de años de letargo, de indultos y obediencia de vida, por fin, los culpables obtienen su merecido castigo, que es la cárcel (igualmente, en este punto deberá esperarse la confirmación, ya que ayer se omitió aclarar que sea de efectivo cumplimiento en cárcel común, habilitando la posibilidad de la domiciliaria, lo cual otorgaría a la sanción un tinte vergonzoso). Por fin, Justicia