Uno posee ciertas inquietudes por llevar adelante en estos días de vida y suele optar por buscar referentes, reales, esquivándole a la idiota idolatría, en pos de progresar, aprender, intentar sacar provecho de las virtudes ajenas, copiar con matices, un modelo. Tal vez eso se reduce a un sólo ámbito de los distintos que integran una persona, ya que podemos admirar a alguien laboralmente, aunque deje mucho que desear como persona o viceversa. En mi camino me encontré, quizás virtud de la casualidad, tal vez como punto a favor mío, con una persona que me sirvió y me sirve como faro a seguir en mi necesidad de crecer: lo conocí del otro lado de la radio, luego tuve el gusto de un acercamiento personal y más tarde, el de compartir ciertos momentos, aunque mínimos, que enriquecieron la vivencia. Y descubrí no sólo a un gran profesional, sino también a un tipo humilde, laburante, digno, con sapiencia de barrio, sin caretas, con historias por contar, con una enciclopedia musical en la cabeza, un maestro, que dicta cátedra cada vez que se prende la luz roja, pero con la generosidad de no acumular, sino de compartir, de abrir las puertas de su conquista al par inexperto, alguien de quién me costó encontrar comentarios en contra (que siempre sobran), alguien que vive cada momento y con un carisma que lo hace brillar. Es humano, comete sus errores como todos, pero los suplanta con el don de gente y el desempeño ejemplar en lo que debe mostrar (que probablemente no esté aceptado por la alta alcurnia, pero no es lo que busca, sino más bien la vereda de enfrente). Hoy es su cumpleaños y me siento agraciado de poder compartir unos momentos semanales con él (y ojala queden muchos más). Brindo a su salud por las 4 décadas. DJ, ponga la música y a bailar nuestras penas. Felicidades!
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Hace 5 años